Un joven citadino realiza un solitario viaje en el que los actos más simples y las imágenes cotidianas del entorno que lo circunda adquieren una connotación profunda a partir de la contemplación y reflexión derivadas de la ingesta del mítico cactus del peyote.
«En «Wadley», los diálogos dan paso a la imagen que se establece como el hilo conductor de esta combinación de ficción, documental y experimental. Las imágenes hablan por sí mismas, como en el momento en que el joven se encuentra ante dos caminos; es tiempo de tomar decisiones, cada elección implica una consecuencia y la v que forman los senderos lo indica de manera más efectiva que, por ejemplo, una frase dicha por una voz en off».
— Noticine